Nadie.

No. No lo sabéis, ni lo sabe nadie. No sabéis cuanta pasión generan ciertas cosas, no sabéis como pienso, no sabéis como actuaría ante cierta situación, ni cual será mi siguiente paso. No sabéis hasta que punto soy capaz, capaz de lo que sea, eso no importa: capaz; ni cuanto cabe en mí, ni cuanto reboso, cuando me colmo o cuando me vacío. No lo sabéis. No sabéis a cuanta impotencia puedo llegar a dar cobijo, ni sabéis en que punto exacto pierdo el control y me dejo dominar por un impulso, una corazonada. No sabéis cuantas veces al mes calibro mis ánimos. Ni cuanto me gusta ser absurda, ni sabéis si lo soy. No sabéis que porcentaje de risas desearía poder descomponer en lágrimas, ni sabéis si sería posible que eso ocurriera. No sabéis si no os dejo saberlo por pasotismo, vergüenza, desconfianza o prudencia. Pero es que si os lo contara, ya sabríais más que yo.

miércoles, 12 de junio de 2013

La noche es de los poetas, las putas, y de los que mueren de amor.


 
Hablo de él. Hablo de cómo el reloj tiembla cada vez que da una vuelta si él no está cerca, de cómo conjugar su sonrisa en gerundio y decir “no” cruzando los dedos.  Hablo de joder el velocímetro de su pecho, de revolucionar los horarios y olvidar el sueño por los sueños. De hacer el amor y que el amor nos haga estar así, de matar al ocho para tumbarlo, de vivir entre puntos suspensivos.
No hablo de “para siempre”  hablo de mañana, de cada día y del “continuará” al final de cada episodio. Del te odio reventando instantes y los bolígrafos reventados por el sobreuso cada vez que intento escribirte. No hablo de hacer planes, hablo de planear juntos a ras del mar y nadar juntos y desnudos en el rio a carcajadas. Hablo de tener vértigo por la altura que estamos cogiendo y olvidar el paracaídas y las huidas repentinas. Hablo de que la primavera me gusta, pero el verano será mejor. De tácticas y estrategias, de terapias de choque para perder el miedo al te quiero, de hacerme sentir incoherente con mi yo de anteayer que no creía en todo esto, de que sea la margarita la que me pregunte a mí y que yo responda que no. Cruzando los dedos.
 
 
"Querida, encuentra lo que amas y deja que te mate. Deja que consuma de ti tu todo. Deja que se adhiera a tu espalda y te agobie hasta la eventual nada. Deja que te mate, y deja que devore tus restos.
Porque de todas las cosas que te matarán, lenta o rápidamente, es mucho mejor ser asesinado por un amante."
 Falsamente tuyo, Charles Bukowski.

sábado, 8 de junio de 2013

Y tú? Qué quieres ser cuando seas niño?



 
 
Últimamente ando perdida, ya no encuentro gatos callejeros que maúllen a la luna y tampoco consigo imaginarme volando más allá del tiempo.  Algo me falla. Aún así, logro encontrarme a veces en la soledad compartida de algún lugar.

Odio las conversaciones a medias, el ruido,  y a muchas personas que ni siquiera conozco.

Mis palabras no salen en el momento adecuado, por eso a menudo, casi prefiero simplemente mirar.

Siempre preferí un buen libro.  Y adoro las noches de locuras.

Quiero ponerme flores en el pelo, gritar en carreteras interminables, y perderme  en lugares que no descubrí.

Quiero escapar de este maldito olor a asfalto.

Se que pronto tendré meriendas  al lado de la luna y que iré a dónde me dé la gana.

Tengo la seguridad (o la ilusión) de que pronto encontraré mi lugar, allí a la derecha de donde se cumplen los sueños y lejos de esta ciudad que me ahoga. En este mundo injusto que sigue girando cada día,  sin importarle lo más mínimo las piezas que lo componen, que por cierto, cada día están más rotas.

 
 
"Hay personas que nunca se vuelven locas,
qué vidas tan horribles deben vivir"
Charles Bukowski

lunes, 3 de junio de 2013

El arte de mentir



Loco conoce a loca. Tacones rotos de escapar de sus problemas, rímel corrido porque llora todos los días y sólo se ríe cuando le saca fotos a él. La conoce un miércoles a las siete. Quedan dónde pueden, cuándo pueden y ella se desplaza subida a sus hombros. No hay dinero para regalos, y no se acuerdan ni qué día empezaron.  Ella le rompe a tirones su ropa elegante.  Follan, haciéndose el amor dónde pillan. Se destrozan cuándo se ven, en todos los sentidos. Se abrazan. Duermen juntos, sin saber qué locura se les ocurrirá mañana. Que mal tener una novia loca no? Loco se siente vivo, loco la quiere. Loca se ha ido. Y también lo quiere. Y loco no puede, ni quiere olvidarla.



 
"Cuélgate de mis rizos y si te pierdes
Ya sabes dónde estoy
Segunda a la derecha,
leyendo a Bukowski ahogada en un café.
Te espero en la esquina donde me engañaste
Comprando un sándwich de mentiras."
Bambi Bonsai

 
 
 
 


miércoles, 29 de mayo de 2013

Éramos, fuimos.



 
Fuimos una madrugada menos en el calendario, un orgasmo sin terminar; fuimos frio. Me encantaba perder(me) entre el olor clorofórmico de tus sábanas;  hacer el amor entre las tildes de nuestros nombres; odiar la separación de nuestras letras. Éramos nosotros corriendo por las carreras de mis medias a más de cien palpitaciones por segundo. Éramos ropa interior a los pies de mi cama haciendo recuento de noches ardientes perdidas en el fondo de un vaso; contando cuántos pasos juntaban tus labios y los míos, cuántas miradas eran necesarias para desnudar al amor. Solo dos. Fuimos amantes suicidas que un martes trece, ebrios de morbo, quisieron casarse a besos.


 

domingo, 26 de mayo de 2013

Todos los puentes están enamorados de un suicida.


 
Los últimos días habían sido caóticos. Grises por la mañana y color otoño por las tardes. El parte meteorológico anunciaba miles de días grises ya que había entrado una borrasca por el ventrículo izquierdo, y era imposible una ola de calor ahora.
Recomendaban paraguas día y noche, y sobre todo cuándo pisaras la habitación. Llueve demasiado en lugares cerrados, hay que tener cuidado.
Los días tostándose al sol se habían acabado.
Los besos en la playa y en habitaciones secretas, también entre la gente que pasaba deprisa a nuestro lado, esos besos… alguien los había robado. Los buscamos por toda la ciudad cada noche, sin rastro alguno de ellos. También buscamos las mejores películas del mundo, las canciones más bonitas y aquellos abrazos eternos.
El último año había sido increíble, sonreía a todas horas sin sonreír, o sonriendo qué más da.

Y ahora, ahora llueve. Pero nosotros habíamos dicho hasta dentro de diez mil años, y aún nos quedan 9.999.


"Y debo decir que confío plenamente en la casualidad de haberte conocido. Que nunca intentaré olvidarte, y que si lo hiciera, no lo conseguiría. Que me encanta mirarte y que te hago mío con solo verte de lejos. Que adoro tus lunares y tu pecho me parece el paraíso. Que no fuiste el amor de mi vida, ni de mis días, ni de mi momento. Pero que te quise, y que te quiero, aunque estemos destinados a no ser."


domingo, 19 de mayo de 2013

Sin rumbo fijo.





En el laberinto. Tu por un lado y yo por el otro. Por si no fuera lo bastante complicado con uno solo buscando y el otro en el centro.

El centro cambiando de sitio cada segundo.

Los caminos cambiando cada día y las brújulas que indican nuestro camino al norte averiadas por vivir en un continuo barco sin rumbo fijo.

 Tu por un lado y yo por el otro.

En un continuo buscar para no encontrar, como todo lo contrario a lo que nosotros queremos, porque en realidad, nacimos en el centro e intentamos escavar para volvernos a encontrar en un lugar en el que el calor no nos mate. Pero tampoco el frío.

Sucios de tierra hasta las orejas, imperfectos pero felices.

 Quizá moriríamos sin calor, y quizá nuestro sitio tampoco fuera el centro.

“Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que íbamos a encontrarnos”
 


"El amor es una catástrofe espléndida: saber que te vas a estrellar contra una pared, y acelerar a pesar de todo: correr en pos de tu propio desastre con una sonrisa en los labios; esperar con curiosidad el momento en que todo se va a ir al carajo. El amor es la única decepción programada, la única desgracia previsible que deseamos repetir."
Frédéric Beigbeder 



domingo, 14 de abril de 2013

Volvemos a hablar del frío.





Mi mirada triste solo dice una cosa: que quiero romper todos los putos relojes, todas las distancias infinitas y colgarme de tu risa. Desabrocharte la camisa y dibujar en tu cuerpo el mapamundi de mi vida. Quizás llevarte a una esquina y besarte hasta dejarte sin aliento. Que lo único que quiero es intensidad, que el corazón me vaya a mil por hora y no perderlo en el intento. Que te rías de las locuras de esta chica risueña que cada día está más loca. Que sería capaz de llevarte al cielo  sólo si te quedas un rato más conmigo, si luchas contra tiempo y tristeza. Que quiero buscar nuestro beso de medianoche, ese que todavía me debes. Soñarnos cerca con la luz apagada. Ser dos aventureros en la ciudad del viento y descubrir playas desiertas. Reivindicar que seremos eternos aunque nos separe la vida. Ponerme tu camisa tras una noche de guerra y que me la vuelvas a arrancar a la mañana siguiente. Y es que, tú eres de esos que te abrazan sin esperar nada a cambio, y todavía estamos a tiempo. El cielo del techo se viste de colores, y nos dice que tenemos que hacerlo. Tenemos que hacerlo ahora.

 
 
"Me gustaría ser más inteligente o más certero, escribirte cartas maravillosas. Debo resignarme a conjugar el verbo amar, a repetir por milésima vez que nunca quise a nadie como te quiero a ti, que te admiro, que te respeto, que me gustas, que me diviertes, que me emocionas, que te adoro. Que el mundo sin ti, que ahora me toca, me deprime y que sería muy desdichado de no encontrarnos en el futuro."
Adolfo Bioy Casares - Carta a Elena Garro