Nadie.

No. No lo sabéis, ni lo sabe nadie. No sabéis cuanta pasión generan ciertas cosas, no sabéis como pienso, no sabéis como actuaría ante cierta situación, ni cual será mi siguiente paso. No sabéis hasta que punto soy capaz, capaz de lo que sea, eso no importa: capaz; ni cuanto cabe en mí, ni cuanto reboso, cuando me colmo o cuando me vacío. No lo sabéis. No sabéis a cuanta impotencia puedo llegar a dar cobijo, ni sabéis en que punto exacto pierdo el control y me dejo dominar por un impulso, una corazonada. No sabéis cuantas veces al mes calibro mis ánimos. Ni cuanto me gusta ser absurda, ni sabéis si lo soy. No sabéis que porcentaje de risas desearía poder descomponer en lágrimas, ni sabéis si sería posible que eso ocurriera. No sabéis si no os dejo saberlo por pasotismo, vergüenza, desconfianza o prudencia. Pero es que si os lo contara, ya sabríais más que yo.

sábado, 22 de marzo de 2014

Hay un montón de motivos jugando al escondite.





La felicidad es una anciana sonriente escuálida del beso de los años. Cubierta de arrugas que cuentan una historia.
Como las sábanas de tu cama, tan mojadas y arrugadas; el mar en la cama después de la tormenta. Eso es la felicidad.
Tus manos que  juegan a tocarme...Y a mí, que siempre me ha gustado jugar contigo. 
La risa que me regalas mientras me susurras en un vagón de tren.
El cambio en mis manías que me hacen llegar a pensar que me estás siendo infiel 
otra vez conmigo. 
Saber que despertaría todos los odios del mundo sólo para que durmieses conmigo esta noche. Y esa noche, y aquella noche... Y las otras también.
Que nos la juguemos. Que volemos por los suelos tú y yo. Eso es la felicidad.
Y sabes? Creo que todo esto es porque eres la jaula más bonita que he visto, y de la única que no he intentado huir.  
Así que déjame que me quede y no me sueltes, felicidad.

"Y nosotros necesitamos tanto,
 si supiéramos de cuánto
se trata probablemente todo
y probablemente
moriremos intentando conseguirlo
o moriremos porque
no lo logramos
espero que entiendas cuando yo haya muerto
que yo logré todo lo que pude."

Charles Bukowski


lunes, 10 de marzo de 2014

Tenemos que inventarnos otra vez.




Podríamos ser todo y nada a la vez. Podríamos ser más y mejor. Podríamos ser un día cualquiera lleno de sorpresas. Podríamos ser un barco de papel que no se hunde en el mar. Podríamos ser una moneda de dos caras que siempre nos dice que nada va a salirnos mal. Podríamos ser verano en pleno invierno. Podríamos ser un beso de esos que calan hasta los huesos.
Podríamos ser muchas noches sin dormir. Podríamos ser un juego de uno jugado por dos. Podríamos ser miradas que se clavan. O palabras que se escriben solas en mi cabeza. Podríamos ser un corazón dibujado con tu dedo en mi espalda. O una sábana con mi olor. Rojos, como mis labios en tu cuello. Podríamos ser norte, sur, este y oeste. Podríamos ser cualquier cosa que sueñes conmigo. Podríamos ser caricias que recorren caminos sin ningún final. O una canción por terminar. Podríamos ser una historia de ciencia ficción, comedia, terror, e incluso amor.
Podríamos ser fuego sin quemarnos. Podríamos ser silencios llenos de te quieros. Podríamos ser el mejor día de nuestra vida. Podríamos ser vértigo en lo alto de la Torre Eiffel o tu risa rodeándome para que desaparezca el miedo. Podríamos ser uno, y olvidarnos del dos. Podríamos hacer la guerra para después hacer el amor. Podríamos ser tantas cosas cómo quisiéramos. Podríamos ser las ganas que nunca nos faltan. Podríamos ser hasta lo inimaginable.


"Has visto,
verdaderamente has visto
la nieve, los astros, los pasos afelpados de la brisa…
Has tocado,
de verdad has tocado
el plato, el pan, la cara de esa mujer que tanto amás…
Has vivido
como un golpe en la frente,
el instante, el jadeo, la caída, la fuga…
Has sabido
con cada poro de la piel, sabido
que tus ojos, tus manos, tu sexo, tu blando corazón,
había que tirarlos
había que llorarlos
había que inventarlos otra vez."

-Para leer en forma interrogativa.
Julio Cortázar


viernes, 14 de febrero de 2014

Eso y que en las farmacias todavía no venden tu risa.




Que no. Yo no quiero que me dé los buenos días, quiero que me dé electricidad nada más abrir los ojos. Que prendan las sábanas si las rozamos, un incendio injustificado pero necesario en nuestra pequeña habitación.
Tampoco quiero que me haga la comida, prefiero que nos hagamos, que nos demos de comer. No quiero que sepa volar pero sí que esté dispuesto a aprender a hacerlo conmigo.
Que sea ría de que soy un completo desastre. Que si se me escurre la sonrisa llegue a tiempo para sujetarla fuerte.
Que se esconda entre mis libros y aparezca en las frases de otros. Que salga de debajo de mi cama cuando juguemos al escondite. Que se esconda como nadie pero que no desaparezca nunca.
Que vaya dejando chispas por casa para que yo desayune zumo de naranja con azúcar, la ciudad y sus ojos.
Quiero que salte sobre mí en la cama y que tenga muy claro que en la habitación nuestro techo es lo más parecido al cielo. Que si caemos al suelo estará blandito, no nos haremos daño y podremos tumbarnos a mirar las no estrellas.
Que no se enfade conmigo nunca y si lo hace, que no nos pidamos perdón, que nos pidamos besos.
Que las cosas más importantes del mundo le parezcan una tontería a mi lado. Que las tonterías a mi lado le parezcan las cosas más importantes del mundo.




Yo no quiero 14 de Febrero.



martes, 28 de enero de 2014

Somos una casualidad llena de intención.




Las ciudades de madrugada siempre me dieron ganas de huir, y todas las carreteras del mundo, y tus ojos que me miran pidiéndome que me pierda en ellos una vez más.
Este verano conocí contigo algunas carreteras del sur, y como en una novela,  huimos sin mirar atrás. Sin importarnos nada que no fuésemos nosotros. Como cada vez que nos tenemos cerca.
Cada mañana es una nueva aventura en la que lo más importante es querernos sin más.
Las terrazas de las que hemos huido alguna vez después de comer, nuestro hablar sin parar, cantar en el coche como si no hubiera mañana  con los pies en el salpicadero y la mirada perdida, ah,  y los bailes improvisados en una habitación de hotel.
Me pasaría media vida huyendo juntos. Volver a casa de madrugada, con los ojos llenos de vida y el corazón a prueba de bombas. Esos días de mar y carretera, de ciudad y cama.
Desde que te conozco, ya pocos días me escapo a la ciudad del viento. Nado en ese mar que me se de memoria (ya no tengo miedo a ahogarme) me debes haber vuelto un poco más valiente.
Quizás me he dado cuenta que mi felicidad es esto…Tú, somnoliento despertándote a mi lado por las mañanas. Porque nunca se si empezar el día comiéndome el desayuno o comiéndote a ti. (Más bien comiéndome tu a mí.)  
Puede que haya temporal fuera, que llueva cada noche, pero la ciudad es preciosa cuando llueve desde tu cama. Y seguimos siendo eternos cuando te veo aparecer al final de la calle, con tu sonrisa y tu flequillo despeinado. Entonces sonrío, porque sigues aquí, porque en realidad nunca te has ido. No tengo ninguna duda, el infinito me lo ha dicho.




 "A veces se te desordena el pelo de una manera
 que hace que todo lo que esté sucediendo en ese instante 
pueda esperar."

lunes, 28 de octubre de 2013

Con la sonrisa del que no tiene miedo a morir.


Estamos hechos de pedazos de recuerdos y sueños. Nos perdemos entre las sábanas por la mañana, nos miramos en el espejo temerosos aún dormidos, esperando algo del día que acaba de empezar. Compramos cereales, fruta, y té, entonces  nos sentamos a comer solos o acompañados, qué más da. Estamos solos.
Navegamos entre los días, soñando con aquella playa de postal en la que un día estuvimos nosotros. Nosotros. Todas las mañanas buscamos  esos minutos de lucidez, la felicidad espontánea que nos dan las palabras, o la lluvia cuando nos sorprende y está fría.
También soñamos con el  “quédate conmigo”, pero sólo nos llegan noticias de huidas. Todavía no ha llegado el invierno y estamos llenos de rabia. Odiamos el tiempo que nos va matando de tanto echar de menos.
Y yo, odio las noches en las que no me abrazas (y también los días),  la taza de café que se enfría, los autobuses abarrotados , la gente que no mira a los ojos y las veces que lucho por algo hasta que me araña por dentro. Yo quiero contagiarte de esto, de arañazos por dentro. De ganas de luchar. Quiero despertarme contigo cada mañana, beberme el café caliente y contigo. Contigo. Encontrarnos en la cama por las noches, y soñarnos debajo de las sábanas como si fuera la primera vez. Me niego a coger aviones sin ti, ya te lo dije,  porque todas las huidas llevan tu nombre, y no importa lo lejos que esté si te llevo conmigo. Que no quiero dejarte ir, no. Me niego a olvidar que un día apareciste en mi mundo para darle la vuelta. Y desde entonces, bailamos por las calles de esta ciudad gris, o de esa otra no tan gris. Nosotros. Hoy te lo pido, huye conmigo. Te espero aquí, ya sabes el destino… y también los motivos.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Desayunar siete veces al día y otras drogas.




La negatividad debe ser eso de ver un folio en blanco y mancharlo de negro. Escribir. No escribo lo suficiente para lo muchísimo que echo de menos. Todo lo que echo de menos
debería decirlo más.
Hay ciertas huellas en mí que me recuerdan constantemente tu sonrisa.
Debería haber más gente haciendo el amor que botellas rotas en los parques.
Por lo menos hasta el día en que el vidrio refleje y no corte.
A nadie le gusta dormir solo. Nadie es perfecto pero no lo sabe.
A nadie le gusta dormir solo conmigo. Y  a mí me gusta dormir acompañada de ti.
La soledad es una cama en la que ya no te recuerdan. A nadie le gusta dormir solo. La mayoría prefiere dormir abrazada. La mitad sueña con que le sueñen,  y a mi…
A mí no me gusta dormir si no te veo.

 
Amar es saber que te follaría contra cualquier pronóstico de tormenta.

sábado, 3 de agosto de 2013

De amor y otras fragancias.

 
 
Los días pasan y el calendario va tan deprisa que hace tiempo que no me atrevo a mirarlo de frente. Al tiempo le importamos una mierda, es un egoísta que se para muchas veces cuando no tiene que hacerlo y otras sin embargo, vuela tan deprisa que ni lo ves. Se escurre entre la multitud.
Te juro que he intentado pararlo millones de veces, y lo he conseguido sólo unas cien.
Entonces  he pensado que voy a dejar mensajes por todas las paredes de la ciudad. Voy a salir cada noche a cenarme la luna y voy a bañarme desnuda en aquella playa otra vez. Porque sé que en algún momento leerás todas estas palabras desde cualquier rincón. Sin que el tiempo pueda borrarlas. Sé que una noche de estas, dejarás que tu tristeza flote en una copa medio llena. Que el tiempo no conseguirá tampoco pararnos a nosotros. Porque también sé con total seguridad, que volverás a bañarte conmigo.
 

 "Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio.Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto"

Julio Cortázar  “Rayuela"