Nadie.

No. No lo sabéis, ni lo sabe nadie. No sabéis cuanta pasión generan ciertas cosas, no sabéis como pienso, no sabéis como actuaría ante cierta situación, ni cual será mi siguiente paso. No sabéis hasta que punto soy capaz, capaz de lo que sea, eso no importa: capaz; ni cuanto cabe en mí, ni cuanto reboso, cuando me colmo o cuando me vacío. No lo sabéis. No sabéis a cuanta impotencia puedo llegar a dar cobijo, ni sabéis en que punto exacto pierdo el control y me dejo dominar por un impulso, una corazonada. No sabéis cuantas veces al mes calibro mis ánimos. Ni cuanto me gusta ser absurda, ni sabéis si lo soy. No sabéis que porcentaje de risas desearía poder descomponer en lágrimas, ni sabéis si sería posible que eso ocurriera. No sabéis si no os dejo saberlo por pasotismo, vergüenza, desconfianza o prudencia. Pero es que si os lo contara, ya sabríais más que yo.

jueves, 6 de agosto de 2015

Nunca quiero que te vayas, y no quiero que te vayas nunca.

 


A veces quiero escribir algo bonito y se me olvida cómo.
Hoy te he visto reír -imaginarte reír es cómo no dejar de hacerlo-. Y yo no puedo, y llorar tampoco.

Venía a decirte que esta gente pensará que he vuelto a escribir versos tristes. Pensarán tal vez -ella va a volver- tú en cambio, sabes que nunca me he ido. Nunca.
También venía a decirte que no te vayas, porque mi mundo sin ti sería raro, más raro aún y triste, eso seguro. Y ninguno de los dos sabríamos a qué hemos venido aquí esta noche, y la de anoche y la anterior.

Venía a decirte que me da igual lo que digas, que medio siglo no es suficiente para celebrar que te he conocido. Idiota.

En realidad venía a escribirte una amenaza, en letras gigantes para que te enteres bien. Mañana puedes hacer lo que quieras, pero para mí, tú siempre serás ese loco con el pelo peinado y no, que me volvió loca hace ya unos años, sin un por qué y un: no sin ti.

Por último, venía a decirte que no me iba.
Pero eso tú ya lo sabes.



"Espero que dentro de 100 años
 nos sigan recordando como un pequeño huracán 
y no como un fuerte viento."

sábado, 22 de noviembre de 2014

Lloviendo por no llorar.





Supongo que sabe que su sonrisa, consigue hacer claudicar.
Consigue que él haga el idiota sin ruborizarse, contarle aquella vez que se calló en un charco, algo sobre la eyaculación precoz con cierta rubia teñida, algún vicio inconfesable, o hablarle del beso que le dio al aire pensando que el amor de su infancia jamás se apartaría.
Supongo que sabe que su sonrisa, hace girar las agujas del reloj a una velocidad distinta a la que acepta la cordura.
Que hace un minuto era de día y ahora tiene una estrella entre los labios que jamás será fugaz.
Que ignora por completo, si ha preferido zapatos planos para no despertar al hombre equivocado.
Si lleva el pelo suelto o una trenza, si es un vestido nuevo, o el mismo que ha pensado desabrocharle mil veces soñando con ella.
Supongo que sabe que cuando sonríe, le duele tanto parpadear como clavarse una aguja.
Que el olvido es el primer atajo que atraviesa sus pómulos.
Más allá de su cara, la vida es una película de Tarantino, el futuro la promesa de un político, el amor hipotecas para siempre.
Supongo que lo sabe, que es consciente, que tiene esa certeza incuestionable, de hacer feliz al resto si se ríe, cosquillas en el alma, cicatrices, de heridas que juraron ser eternas, paisajes devorados por su nombre, la magia concentrada en una mueca, la oscuridad humillada por su brillo.
Supongo que lo sabe, aunque no importa, si ignora la verdad de su sonrisa, si algún espejo dijo lo contrario, si algún complejo le mintió al respecto, si algún recuerdo le confunde el ánimo.

Y espera, que ningún idiota se la borre jamás.



"Todos somos fanáticos de o prohibido"
Benedetti

jueves, 2 de octubre de 2014

La guerra contigo, y el invierno también.





Si nos pusiéramos a contar todas las personas que habitan en el mundo, nos parecerían pocas e iguales. O muchas y diferentes. Nos creeríamos egoístas por robarle tanta intensidad al universo todos los días. Por eso prefiero sentir que mientras todos duermen en la cama de otro; Yo duermo contigo.
Y también por eso considero más importante pedirte a gritos que te quedes a dormir, para luego quedarnos  despiertos  (casi) toda la noche. Porque si nos pusiéramos a contar todas las personas que habitan en el mundo, al final nos aburriría tanta mediocridad... y acabaríamos por contarnos los besos que nos debemos. No nos quedaría tiempo para contar nada más.
Si nos pusiéramos a contar todas las personas que habitan en el mundo, pasaríamos mucho tiempo sin dormir. El mismo que perderíamos pensando en todas las que te cruzas al día o te has cruzado en la vida. Por eso prefiero dedicar mi tiempo a hacer el amor contigo. A que el amor se asombre de cómo lo hacemos.  Para celebrar de esta manera que nunca sabremos a ciencia exacta tal número de personas. Pero que pese a eso, sólo hay una cosa clara, de entre todas ellas, tú te has quedado conmigo. Y eso, ya es motivo más que suficiente para poder dormir tranquila.


"Desconozco lo que nos espera,
pero si te quedas prometo 
contarte el final de esta historia
el último día de mi vida"

jueves, 28 de agosto de 2014

Ven, cómo si no supiéramos echar de menos.



A él.


Estoy aquí sabiendo que parte de mí está ahí, contigo, esperando otros cinco minutos de abrazo.
Estoy aquí haciendo de mi cama, una cama mejor donde encontrarte y que me encuentres, queriendo hacerte cosquillas sin ropa y sin aliento cuando estés triste.
Y ponerte canciones que hablen de ti, o de mí.
Que te parezca que saltar al abismo no sea más que volar un rato…
Estoy aquí, soñando con soñar a tu lado, pensando en qué desayuno te haré el domingo, segura de que aunque odies desayunar, necesitarás fuerzas cuando tengas resaca de los besos con los que te emborracharé la noche de antes, deseando que mañana no te vayas, que no haya distancia que nos separe, otra vez.
Estoy aquí mirando la sombra del gato que maúlla al vernos, que se arrastra por las esquinas buscando mimos celoso, de que seamos nosotros quiénes terminemos acurrucados el uno con el otro esta vez.
Estoy aquí, pero ahí también, contigo.
Y estoy feliz de haberte encontrado, porque te he encontrado y sé entonces, que tú también me buscabas, y que ahora estás ahí y aquí, conmigo. 
Y sonrío.

lunes, 21 de julio de 2014

Los sueños solo mueren si muere el soñador.



Yo creía que el amor era no poder dejar de hablar de alguien. Y lo creo.
Observo a las parejas sonrientes hacerle el amor a los parques, que no es lo mismo que follar en ellos. Y me pregunto quién de los dos hará la cena esta noche y quién se dejará abrazar al dormir.  También, a veces, me pregunto si duermen. O si no han dejado de soñar por soñarse juntos.
Y me enamoro otra vez, como nunca he dejado de hacerlo.
“Que te dejen soñar de una puta vez tranquila.” Sigo soñando acantilados, aunque no duerma ni los duerma.  Hago como si nada, pero el monstruo del espejo se está ahogando. Y sólo soy una niña asustada del reflejo.
 Ojalá nunca hubiese aprendido a hablar, besaría muchísimo mejor.  Ojala nunca hubiese aprendido a besar, callaría mucho mejor.
Hay un infinito terror, escondido debajo de esa manía tan humana, de no querer darnos la razón mientras nos regalamos la culpa. 
Tal vez sea tonta, pero todavía no distingo tus dedos del cielo. Que me dejen mirar, donde me dé la gana.
“Mira, el corazón no se rompe; se para.” 
Tengo un corazón tan grande que me es imposible llevarlo a todas partes. Aún así, no ando falta de emociones.
Y sólo le pido a los sentimientos que me perdonen por dejarlos en casa, cuando voy a cualquier parte, en la que no estás tú.
Y sólo le pido a los sentimientos que te perdonen cuando vas a cualquier sitio
en el que no estoy yo.
Y se te olvidan.


"Siempre es digna la derrota el kamikaze,
 pero qué triste el que perdió por el puro miedo a perder."

jueves, 17 de julio de 2014

A los ojos de alguién que nunca aprendió a leer.




Lo malo de cuando suben las emociones es que no creen en la permanencia; y un día sin avisar, le sueltan las pinzas a tus camisetas. Y caes, todavía mojada y con arrugas.  Como una sábana, pero sin manchas de piel.
Caer es como volar pero es mentira. Lo malo no es la caída, es no saber dónde queda el suelo.  No tener ni idea de cuántas noches irán, después de después de esta. Después siempre queda demasiado lejos de estar mejor. Después siempre es antes de ti.
El ahora es la realidad de que el vaso sólo está medio lleno cuando lloras, medio vacío cuando te has vuelto a pasar bebiendo.
El tiempo no cura nada, pero mata todo. Si la puta de la vida todavía no se ha dignado a contarte esto; ven, que ya te lo cuento yo. Y si quieres nos subimos al tejado y elegimos qué matar antes de que nos mate a nosotros. Y no pasa nada. 
Porque entre ese millón de hormigas que intentará que te levantes, todavía quedará algún gigante que se tumbará contigo para hacerte menos duro el suelo.

Y todavía nos quedará la poesía. Porque siempre habrá alguien despierto. Todavía.


"El dolor es extraño. Un gato que mata a un pájaro, un coche accidentado, un incendio… Llega el dolor, BANG, y allí está, se introduce en ti. Es real. Y para cualquiera que te vea, parecerás un imbécil. Como si te hubiese caído una idiotez repentina. No hay cura para ello mientras no encuentres a alguien que comprenda cómo te sientes y sepa cómo ayudarte"
— Mujeres.  Charles Bukowski.

domingo, 11 de mayo de 2014

“Lo que hay debajo de este vestido, son mis normas y puedes romperlas. El corazón, déjalo donde estaba.”





Pasar página es seguir escribiendo sin hacerlo encima, pero ella se venía abajo cuando le recordaba sudando tinta a la altura del cielo que marcaba su boca.
Estuvo pensando y los árboles se hicieron libros. Ahora no sabe en qué bosque les besarán las flores los pies. A veces lo imagina triste mirando por la ventana... 
Si las ciudades hablaran, se habrían quedado sin palabras al verles, de eso estaba segura.
Ella todavía vuelve a casa con hormigas entre las piernas cuando recuerda cómo la ponía entre su espada y cualquier pared.
Sigue bailando sola con el pelo recogido entre absolutos desconocidos y teje sus ojos a su piel como quien se hace un jersey contra el frío en plena primavera emocional.
Y echa de menos que le coja de la mano fuerte, como el que cree que puede desafiar al mundo con un solo gesto. Y juega excitada a asumirse eternamente suya por un rato.
Se deja comer por el resto porque no puede mirarle como al mismo. Y juega con la belleza a relamer la suerte de ser mariposa y capullo al mismo tiempo.
Y tú, podrías pasar a saludar y quedarte a vivir con ella otra vez.
O simplemente, podrías pasar a llenaros de arañazos nuevos que lameros sin pedir perdón durante horas.
Podríais hacer el amor por esto, hasta que se jodiese por sí sólo.
Si apareces en la puerta de su casa, como un cantante de rock que en plena carretera se da cuenta de que sólo es un perro abandonado. Y bajando la mirada, le susurras que la quieres como a nadie. Si le dejas ver que no te gusta el cine en el resto de películas que ves, en ese caso; va a tener que amueblar esos muros con tu ropa.
Abrazarte y esperar que te largues a follarte a otra con el amor hecho.


"Iba perdiendo el don maravilloso de ver las cosas tal como no son."
 Alejandra Pizarnik