Que no. Yo no quiero que me dé los buenos días, quiero que
me dé electricidad nada más abrir los ojos. Que prendan las sábanas si las
rozamos, un incendio injustificado pero necesario en nuestra pequeña
habitación.
Tampoco quiero que me haga la comida, prefiero que nos
hagamos, que nos demos de comer. No quiero que sepa volar pero sí que esté
dispuesto a aprender a hacerlo conmigo.
Que sea ría de que soy un completo desastre. Que si se me
escurre la sonrisa llegue a tiempo para sujetarla fuerte.
Que se esconda entre mis libros y aparezca en las frases de
otros. Que salga de debajo de mi cama cuando juguemos al escondite. Que se
esconda como nadie pero que no desaparezca nunca.
Que vaya dejando chispas por casa para que yo desayune zumo
de naranja con azúcar, la ciudad y sus ojos.
Quiero que salte sobre mí en la cama y que tenga muy claro
que en la habitación nuestro techo es lo más parecido al cielo. Que si caemos
al suelo estará blandito, no nos haremos daño y podremos tumbarnos a mirar las
no estrellas.
Que no se enfade conmigo nunca y si lo hace, que no nos
pidamos perdón, que nos pidamos besos.
Que las cosas más importantes del mundo le parezcan una
tontería a mi lado. Que las tonterías a mi lado le parezcan las cosas más
importantes del mundo.
Yo no quiero 14 de Febrero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario