¿Recuerdas cuando nos conocimos? ¿Recuerdas cuando nos miramos, cuando nos sonreímos, sin querer? Cuando te chocaste conmigo, cuando me crucé contigo, cuando me invitaste a beber. Cuando preguntaste mi nombre, la fecha de nacimiento, la de día sí, día también. Cuando sin querer, no te lo podías creer. Cuando queriendo, no te lo querías creer. ¿Y recuerdas cuando, en medio de tanta gente, de tantas estrellas, de tantas cosas por hacer, sólo estábamos nosotros? ¿Recuerdas cuando nos reímos la primera, la segunda, y hasta la última vez? Cuando contamos tantos chistes, recogimos frustraciones y hasta cuando supimos que aquello no tenía razón de ser. Cuando no lo quise ver, y te pregunté qué pensabas, que sentías, que querías, aunque fuera sin querer. ¿Recuerdas cuando me explicaste el por qué? ¿Recuerdas tus ironías, mis gestos, mis manías, tus ofensas, mis decepciones y las tuyas? ¿Recuerdas cuando, a pesar de todo, de ella, de él, encontramos calor? Cuando hablamos de tantas cosas, de ellos y de ellas, de ayer, de antes de ayer, del ojalá, del quizás, y nunca del mañana. ¿Recuerdas nuestras conversaciones? ¿tus silencios? ¿Recuerdas mi histeria, mi locura? Cuando nos evitamos, nos buscamos, nos alejamos, nos acercamos, susurramos y bailamos, cuando te apartabas, me acercaba, te intimidaba y me desesperaba. ¿Recuerdas mi habitación, nuestro sillón, nuestros abrazos infinitos, que surgían sin querer? ¿las noches en vela, las recuerdas? Todas, sin querer. Y lo que más me gustaba, lo que más odiabas, lo que te encantaba, lo que ignoraba y lo que nunca llegaremos a saber. Y recuerdo tu sonrisa, tus dedos entre mi pelo, las canciones y las fotos, los kilómetros de angustia entre mi ansia y tu nosequé. ¿Recuerdas la factura del teléfono, la de la nostalgia, la del miedo a no volverte a ver? ¿y recuerdas el presentimiento, y la esperanza que deposité en tus ojos, sin apenas darme cuenta, sin querer? Recuerdo cuando ni siquiera lo quería reconocer. Cuando te escondías, pero sin querer. Y tus dudas a través del espejo, mi obsesión congelada en cubitos caprichosos, que nos esperaban, siempre puntuales, a las tres.
¿Recuerdas nuestra despedida? ¿Nuestro último abrazo, nuestra última mirada, en la que nos dijimos tantas cosas sin apenas decir nada? ¿Recordarás todo lo que nunca me confesaste, lo que vivimos, y todo lo que ni siquiera nos atrevimos a soñar? ¿Recordarás, todo aquello que nunca sucedió? ¿Me recordarás ... aunque sea, sin querer?
¿Recuerdas nuestra despedida? ¿Nuestro último abrazo, nuestra última mirada, en la que nos dijimos tantas cosas sin apenas decir nada? ¿Recordarás todo lo que nunca me confesaste, lo que vivimos, y todo lo que ni siquiera nos atrevimos a soñar? ¿Recordarás, todo aquello que nunca sucedió? ¿Me recordarás ... aunque sea, sin querer?
No hay comentarios:
Publicar un comentario