Nadie.

No. No lo sabéis, ni lo sabe nadie. No sabéis cuanta pasión generan ciertas cosas, no sabéis como pienso, no sabéis como actuaría ante cierta situación, ni cual será mi siguiente paso. No sabéis hasta que punto soy capaz, capaz de lo que sea, eso no importa: capaz; ni cuanto cabe en mí, ni cuanto reboso, cuando me colmo o cuando me vacío. No lo sabéis. No sabéis a cuanta impotencia puedo llegar a dar cobijo, ni sabéis en que punto exacto pierdo el control y me dejo dominar por un impulso, una corazonada. No sabéis cuantas veces al mes calibro mis ánimos. Ni cuanto me gusta ser absurda, ni sabéis si lo soy. No sabéis que porcentaje de risas desearía poder descomponer en lágrimas, ni sabéis si sería posible que eso ocurriera. No sabéis si no os dejo saberlo por pasotismo, vergüenza, desconfianza o prudencia. Pero es que si os lo contara, ya sabríais más que yo.

miércoles, 24 de julio de 2013

"Pese al tiempo, a la distancia y a la lluvia"

 
 
Llevo muchos días sin escribir, supongo que porque no quiero tener que borrar palabra por palabra. Me resisto a dejar que la tristeza me mate.  Pero esta noche, leyendo, he puesto a Sabina y de repente he recordado una noche diferente. Con la ciudad vacía y las manos llenas de vida. He recordado que he vivido tantas batallas, que no me importa salir otra vez llena de heridas. Soy experta en chocarme una y mil veces con la misma pared sólo para ver lo que hay detrás, porque el paisaje que hay más allá de la pared merece más la pena que todas las heridas. Supongo que me he cansado de perder abrazos y sueños. Recuerdo tantos instantes. Cómo aquel día que llegaste a mi vida, tan de repente, tan necesario. Recuerdo las veces que me robaste la sonrisa. (Que por cierto, te la metí en el bolsillo del pantalón ayer antes de irme). Ah y acuérdate, que lloramos y reímos más que nadie. Y que al despertarme, te acaricié la cara, para acordarme de todas esas facciones, esa boca y esos ojos que me han hecho volar. Después te abracé, pero no un abrazo de despedida. Te he dicho que me chocaría mil veces contra la misma pared por llegar a lo que está detrás. También quiero decirte que las calles de cualquier ciudad siempre serán nuestras, y la lluvia. Que puedes ayudarme a derribar los muros que se nos crucen por el camino si quieres. Porque desde hace algún tiempo tengo la certeza de que eres tú el que me va a hacer sonreír todas las mañanas. Y eso es algo muy grande. Menudo viaje el nuestro, hasta dentro de unos días, mi amor.
 
“Me he tomado también tu taza de café.
 Ya casi no tengo azúcar,
 Pero me acordé que a ti te gusta amargo.
 Sabe muy feo. Como la soledad.
 Como este estar deseándote a todas horas."
 
Jaime Sabines

lunes, 8 de julio de 2013

Para la heroína más grande que conozco.

 
 
 
Sus labios han escrito sonrisas para mí, para que las cosas fueran más sencillas. Mi mejor autocrítica y espejo, en el que me encantaría poder mirarme todos los días de mi vida. La que dibujó mis primeras palabras y diseñó mis primeros pasos. La farmacia en casa, poniendo a las grandes heridas internas (esas que apenas consigue ver nadie en mí) las mejores tiritas. La que me ha dado siempre todo sin esperar nada a cambio. La que me enseñó a ver el lado positivo de las cosas sin darse ni siquiera cuenta de ello. Quién deshizo montañas creadas con granos de arena. La guinda de mi pastel, la que vio siempre en mí el vaso medio lleno. Especialista en vencer todos y cada uno de sus monstruos. Ella me dio la vida y desde que la conozco, no ha parado ni un solo instante en seguir dándomela cada día. Porque es cierto eso de que sólo hay una y yo no la cambiaría por nada del mundo.