Nadie.

No. No lo sabéis, ni lo sabe nadie. No sabéis cuanta pasión generan ciertas cosas, no sabéis como pienso, no sabéis como actuaría ante cierta situación, ni cual será mi siguiente paso. No sabéis hasta que punto soy capaz, capaz de lo que sea, eso no importa: capaz; ni cuanto cabe en mí, ni cuanto reboso, cuando me colmo o cuando me vacío. No lo sabéis. No sabéis a cuanta impotencia puedo llegar a dar cobijo, ni sabéis en que punto exacto pierdo el control y me dejo dominar por un impulso, una corazonada. No sabéis cuantas veces al mes calibro mis ánimos. Ni cuanto me gusta ser absurda, ni sabéis si lo soy. No sabéis que porcentaje de risas desearía poder descomponer en lágrimas, ni sabéis si sería posible que eso ocurriera. No sabéis si no os dejo saberlo por pasotismo, vergüenza, desconfianza o prudencia. Pero es que si os lo contara, ya sabríais más que yo.

viernes, 14 de febrero de 2014

Eso y que en las farmacias todavía no venden tu risa.




Que no. Yo no quiero que me dé los buenos días, quiero que me dé electricidad nada más abrir los ojos. Que prendan las sábanas si las rozamos, un incendio injustificado pero necesario en nuestra pequeña habitación.
Tampoco quiero que me haga la comida, prefiero que nos hagamos, que nos demos de comer. No quiero que sepa volar pero sí que esté dispuesto a aprender a hacerlo conmigo.
Que sea ría de que soy un completo desastre. Que si se me escurre la sonrisa llegue a tiempo para sujetarla fuerte.
Que se esconda entre mis libros y aparezca en las frases de otros. Que salga de debajo de mi cama cuando juguemos al escondite. Que se esconda como nadie pero que no desaparezca nunca.
Que vaya dejando chispas por casa para que yo desayune zumo de naranja con azúcar, la ciudad y sus ojos.
Quiero que salte sobre mí en la cama y que tenga muy claro que en la habitación nuestro techo es lo más parecido al cielo. Que si caemos al suelo estará blandito, no nos haremos daño y podremos tumbarnos a mirar las no estrellas.
Que no se enfade conmigo nunca y si lo hace, que no nos pidamos perdón, que nos pidamos besos.
Que las cosas más importantes del mundo le parezcan una tontería a mi lado. Que las tonterías a mi lado le parezcan las cosas más importantes del mundo.




Yo no quiero 14 de Febrero.



No hay comentarios:

Publicar un comentario