Nadie.

No. No lo sabéis, ni lo sabe nadie. No sabéis cuanta pasión generan ciertas cosas, no sabéis como pienso, no sabéis como actuaría ante cierta situación, ni cual será mi siguiente paso. No sabéis hasta que punto soy capaz, capaz de lo que sea, eso no importa: capaz; ni cuanto cabe en mí, ni cuanto reboso, cuando me colmo o cuando me vacío. No lo sabéis. No sabéis a cuanta impotencia puedo llegar a dar cobijo, ni sabéis en que punto exacto pierdo el control y me dejo dominar por un impulso, una corazonada. No sabéis cuantas veces al mes calibro mis ánimos. Ni cuanto me gusta ser absurda, ni sabéis si lo soy. No sabéis que porcentaje de risas desearía poder descomponer en lágrimas, ni sabéis si sería posible que eso ocurriera. No sabéis si no os dejo saberlo por pasotismo, vergüenza, desconfianza o prudencia. Pero es que si os lo contara, ya sabríais más que yo.

lunes, 30 de enero de 2012

Mami, yo de mayor quiero ser...


...gato. Quiero recorrer la nocturna ciudad por los tejados; que la única envidia que conozca sea la de aquel que disponga del mejor contenedor de basura. Que la soledad no me asuste.
Quiero tener cariño, pero no dueño. Hogar, pero no jaula. Quiero abarcarlo todo con una mirada, la luz y la sombra; saber dañar a quien me amenace; y acurrucarme en los brazos de quien me acaricie. Quiero un cojín al lado de la chimenea, y que ese sea mi mayor lujo; pasear todas las noches y, si así lo deseo, llorar al amanecer.
Pero sobre todo, mamá, por encima de todas las cosas: quiero caer siempre de pie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario