Nadie.

No. No lo sabéis, ni lo sabe nadie. No sabéis cuanta pasión generan ciertas cosas, no sabéis como pienso, no sabéis como actuaría ante cierta situación, ni cual será mi siguiente paso. No sabéis hasta que punto soy capaz, capaz de lo que sea, eso no importa: capaz; ni cuanto cabe en mí, ni cuanto reboso, cuando me colmo o cuando me vacío. No lo sabéis. No sabéis a cuanta impotencia puedo llegar a dar cobijo, ni sabéis en que punto exacto pierdo el control y me dejo dominar por un impulso, una corazonada. No sabéis cuantas veces al mes calibro mis ánimos. Ni cuanto me gusta ser absurda, ni sabéis si lo soy. No sabéis que porcentaje de risas desearía poder descomponer en lágrimas, ni sabéis si sería posible que eso ocurriera. No sabéis si no os dejo saberlo por pasotismo, vergüenza, desconfianza o prudencia. Pero es que si os lo contara, ya sabríais más que yo.

sábado, 27 de octubre de 2012




Hablábamos de canciones, de los Rolling, de que un puente no se sostiene de un solo lado, de la poesía en las azoteas, de los platos colocados con sumo cuidado sobre la mesa, una flor en un jarrón, justo en medio, y los rayos de sol entrando por la ventana. De que tengo una floristería debajo de mi casa, y la mujer que trabaja allí hace ramos de rosas cada mañana. Ya nadie regala ramos de rosas. Y tú, que hueles a invierno, a frio, y tu espalda eterna y segura, donde ya no duermo desde hace mucho.

Hablábamos de que hace demasiado que no cojo un tren y me escapo unos días. Y que el amanecer desde la playa es lo más bonito que hay. Y que cada noche cenábamos arroz tres delicias buscándole las delicias, que nunca tenía, que eran dos guisantes y un trozo de zanahoria. Y que en esta casa pasan las horas muy  lentamente y sin embargo, nunca tengo tiempo de nada.  Quién me ha visto volar sabe que puedo llegar muy alto. Y que hoy tengo ganas de volar, y escapar de aquí. De coger el primer vuelo que pase con destino a algún lugar. A perderme, para volver a encontrarme otra vez. Y tengo ganas de enamorarme , y de vivir con sonrisa permanente,  y de llorar de la risa hasta que mi tripa no pueda más.  Y de soñar con los pies al compás de Beethoven.

 Y que me sobran las ganas, los miedos, la ilusión, la sonrisa, las inseguridades, la indecisión, la responsabilidad, la locura…Que me sobran los motivos.


 
"Más de cien palabras, más de cien motivos
para no cortarse de un tajo las venas,
más de cien pupilas donde vernos vivos,
más de cien mentiras que valen la pena."


No hay comentarios:

Publicar un comentario