Hablábamos de canciones,
de los Rolling, de que un puente no se sostiene de un solo lado, de la poesía
en las azoteas, de los platos colocados con sumo cuidado sobre la mesa, una
flor en un jarrón, justo en medio, y los rayos de sol entrando por la ventana.
De que tengo una floristería debajo de mi casa, y la mujer que trabaja allí
hace ramos de rosas cada mañana. Ya nadie regala ramos de rosas. Y tú, que
hueles a invierno, a frio, y tu espalda eterna y segura, donde ya no duermo
desde hace mucho.
Hablábamos de que hace
demasiado que no cojo un tren y me escapo unos días. Y que el amanecer desde la
playa es lo más bonito que hay. Y que cada noche cenábamos arroz tres delicias
buscándole las delicias, que nunca tenía, que eran dos guisantes y un trozo de
zanahoria. Y que en esta casa pasan las horas muy lentamente y sin embargo, nunca tengo tiempo
de nada. Quién me ha visto volar sabe
que puedo llegar muy alto. Y que hoy tengo ganas de volar, y escapar de aquí.
De coger el primer vuelo que pase con destino a algún lugar. A perderme, para
volver a encontrarme otra vez. Y tengo ganas de enamorarme , y de vivir con
sonrisa permanente, y de llorar de la risa
hasta que mi tripa no pueda más. Y de soñar
con los pies al compás de Beethoven.
Y que me sobran las ganas, los miedos, la
ilusión, la sonrisa, las inseguridades, la indecisión, la responsabilidad, la
locura…Que me sobran los motivos.
"Más de cien palabras, más de cien motivos
para no cortarse de un tajo las venas,
más de cien pupilas donde vernos vivos,
más de cien mentiras que valen la pena."
para no cortarse de un tajo las venas,
más de cien pupilas donde vernos vivos,
más de cien mentiras que valen la pena."
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