Nadie.

No. No lo sabéis, ni lo sabe nadie. No sabéis cuanta pasión generan ciertas cosas, no sabéis como pienso, no sabéis como actuaría ante cierta situación, ni cual será mi siguiente paso. No sabéis hasta que punto soy capaz, capaz de lo que sea, eso no importa: capaz; ni cuanto cabe en mí, ni cuanto reboso, cuando me colmo o cuando me vacío. No lo sabéis. No sabéis a cuanta impotencia puedo llegar a dar cobijo, ni sabéis en que punto exacto pierdo el control y me dejo dominar por un impulso, una corazonada. No sabéis cuantas veces al mes calibro mis ánimos. Ni cuanto me gusta ser absurda, ni sabéis si lo soy. No sabéis que porcentaje de risas desearía poder descomponer en lágrimas, ni sabéis si sería posible que eso ocurriera. No sabéis si no os dejo saberlo por pasotismo, vergüenza, desconfianza o prudencia. Pero es que si os lo contara, ya sabríais más que yo.

sábado, 22 de noviembre de 2014

Lloviendo por no llorar.





Supongo que sabe que su sonrisa, consigue hacer claudicar.
Consigue que él haga el idiota sin ruborizarse, contarle aquella vez que se calló en un charco, algo sobre la eyaculación precoz con cierta rubia teñida, algún vicio inconfesable, o hablarle del beso que le dio al aire pensando que el amor de su infancia jamás se apartaría.
Supongo que sabe que su sonrisa, hace girar las agujas del reloj a una velocidad distinta a la que acepta la cordura.
Que hace un minuto era de día y ahora tiene una estrella entre los labios que jamás será fugaz.
Que ignora por completo, si ha preferido zapatos planos para no despertar al hombre equivocado.
Si lleva el pelo suelto o una trenza, si es un vestido nuevo, o el mismo que ha pensado desabrocharle mil veces soñando con ella.
Supongo que sabe que cuando sonríe, le duele tanto parpadear como clavarse una aguja.
Que el olvido es el primer atajo que atraviesa sus pómulos.
Más allá de su cara, la vida es una película de Tarantino, el futuro la promesa de un político, el amor hipotecas para siempre.
Supongo que lo sabe, que es consciente, que tiene esa certeza incuestionable, de hacer feliz al resto si se ríe, cosquillas en el alma, cicatrices, de heridas que juraron ser eternas, paisajes devorados por su nombre, la magia concentrada en una mueca, la oscuridad humillada por su brillo.
Supongo que lo sabe, aunque no importa, si ignora la verdad de su sonrisa, si algún espejo dijo lo contrario, si algún complejo le mintió al respecto, si algún recuerdo le confunde el ánimo.

Y espera, que ningún idiota se la borre jamás.



"Todos somos fanáticos de o prohibido"
Benedetti

No hay comentarios:

Publicar un comentario